Es un animal doméstico usado en la alimentación humana por muchos pueblos. Su domesticación se inició en el Próximo Oriente hace unos 13.000 años, aunque se produjo un proceso paralelo e independiente de domesticación en China. Los datos procedentes de los estudios de ADN sobre restos óseos de cerdos neolíticos europeos indican que los primeros cerdos domésticos llegaron a Europa desde el Próximo Oriente. Aun así, parece que, posteriormente, también se produjeron en Europa procesos de domesticación de jabalíes salvajes. Los registros históricos indican que los cerdos domésticos asiáticos fueron introducidos en Europa durante los siglos XVIII y XIX, mezclándose con las razas europeas.

En la actualidad el cerdo doméstico se encuentra en casi todo el mundo. La historia del cerdo está íntimamente unida a la del hombre, tanto que sería imposible imaginar el desarrollo de las civilizaciones en el Neolítico sin la participación en la dietética de este animal, que por sus características lo hicieron ideal para cubrir las necesidades de aporte de proteínas y grasas a la población. A pesar de su apariencia son animales ágiles, rápidos e inteligentes.